Categoría: Arts and Humanities
ORIGINAL
Community resilience: the case of Asunción Ixtaltepec Oaxaca
Resiliencia comunitaria: el caso de Asunción Ixtaltepec Oaxaca
José Antonio Hernández Salinas1
*, Ramsés Daniel Martínez García1
*, Mijael Altamirano Santiago2
*
1Universidad Autónoma del Estado de México. Ciudad de México, México.
2Instituto Politécnico Nacional. Ciudad de México, México.
Citar como: Hernández Salinas JA, Martínez García RD, Altamirano Santiago M. Community resilience: the case of Asunción Ixtaltepec Oaxaca. Salud, Ciencia y Tecnología - Serie de Conferencias. 2024; 3:654. https://doi.org/10.56294/sctconf2024654
Enviado: 27-11-2023 Revisado: 11-02-2024 Aceptado: 15-03-2024 Publicado: 16-03-2024
Editor: Dr. William
Castillo-González
ABSTRACT
Community resilience is the process by which the people who make up a population develop cognitive, socio-affective and behavioral mechanisms to face events that disrupt their balance. For instance, natural catastrophes, economic crisis or the presence of social factors, such as violence, which otherwise drive people to deploy personal and collective resources in order to mitigate its impact. The objective of the study was to analyze how the residents of the town of Asunción Ixtaltepec in the state of Oaxaca developed resilient ways to face the psychosocial consequences of the 2017 earthquakes, for which a Community Action Intervention Program was developed for the benefit of 420 people, whose age range was from 15 to 69 years. The data obtained reports that 81 % of the people developed community resilience, considering as main tools: a) favorable cognitive assessment about strengthening cohesion and social ties among the population, b) development of tranquility and psychosocial harmony as part of the recognition of collective actions to reduce the impact of seismic activity in the region and, c) the promotion of actions to reduce the psychological and psychosocial impact of seismic events.
Keywords: Community; Coping; Empowerment; Strengthening.
RESUMEN
La resiliencia comunitaria es el proceso mediante el cual las personas que conforman una población desarrollan mecanismos cognitivos, socio afectivos y conductuales para afrontar acontecimientos que suponen la ruptura de su equilibrio. Por ejemplo, fenómenos naturales, crisis económicas o presencia de factores sociales, tales como la violencia, que de otra forma impulsan a las personas a desplegar recursos personales y colectivos en aras de mitigar su impacto. El objetivo del estudio fue analizar cómo los pobladores de la localidad de Asunción Ixtaltepec en el estado de Oaxaca, desarrollaron formas resilientes de afrontar las consecuencias psicosociales de los sismos de 2017, para lo cual se desarrolló un Programa de Intervención Acción Comunitaria en beneficio de 420 personas, cuyo rango de edad era de 15 a 69 años. Los datos obtenidos reportan que el 81 % de las personas desarrollan resiliencia comunitaria, considerando como principales herramientas: a) valoración cognitiva favorable acerca de fortalecer la cohesión y los vínculos sociales entre la población, b) desarrollo de la tranquilidad y armonía psicosocial como parte del reconocimiento de las acciones colectivas para disminuir el impacto de la actividad sísmica de la región y, c) la promoción de acciones para disminuir el impacto psicológico y psicosocial de eventos sísmicos.
Palabras clave: Afrontamiento; Comunidad; Empoderamiento; Fortalecimiento.
INTRODUCCIÓN
Las comunidades actuales enfrentan una serie de desafíos, incluso, adversidades que forman parte de la vida colectiva y que pueden representar causas de desequilibrio o ruptura de armonía social.(1,2,3) Estos factores pueden clasificarse en naturales y sociales, sin embargo, todos ellos tienen el potencial de causar alteraciones en la cotidianeidad de las personas.(4,5,6) Así, desde la perspectiva de la resiliencia es posible determinar los ámbitos de actuación y fortalecimiento personal y comunitario ante sucesos vitales definidos estos últimos como cualquier tipo de acontecimiento capaz de provocar desestabilidad social, afectiva y comportamental.(7,8,9)
La resiliencia comunitaria es un enfoque que permite comprender y, al mismo tiempo, promover, habilidades y capacidades individuales y colectivas para que poblaciones vulnerables puedan empoderarse en el afrontamiento de situaciones y hechos que suponen crisis e inestabilidad emocional, social y mental.(9,10) Por ello es que su promoción resulta de importancia capital en comunidades que se encuentran en un constante riesgo de ruptura de su cotidianeidad.(11,12,13)
Muchos son los esfuerzos que en las últimas tres décadas se han gestado para entender, en primera instancia, cómo interactúan los diferentes aspectos que promueven la resiliencia comunitaria y, al mismo tiempo, asegurar mecanismos que permitan desarrollarla en localidades vulnerables. Parece ser que todos ellos, parecen coincidir en la importancia que tiene consolidar el tejido social, afianzar valores comunitarios, tales como la solidaridad y la cooperación, así como reforzar el sentido de pertenencia y el optimismo.(14,15,16)
De esta manera, la resiliencia comunitaria es una alternativa que favorece no solo el fortalecimiento social y la toma de decisiones en el contexto social,(17,18) también impulsa el empoderamiento de las localidades a través de la realización de acciones para mitigar el impacto de estresores y de cualquier tipo de factor natural y social que ponga en riesgo la vida, salud mental y cotidianeidad de las personas que las conforman.(10,19,20,21)
Resiliencia comunitaria
La resiliencia comunitaria es un enfoque que ha encontrado mayor difusión en las últimas dos décadas, principalmente para aquellas localidades que encaran condiciones de riesgo para su estabilidad, salud y bienestar.(22,23,24) En este sentido, el objetivo fundamental de todo acto resiliente consiste pues, en empoderar a las personas y, en consecuencia, a las comunidades en el afrontamiento de todo suceso vital. Esto significa que, a pesar de las adversidades, las poblaciones tienen la posibilidad de desarrollar habilidades, capacidades y actitudes que las fortalecen ante cualquier evento crítico.
Diversos estudios han demostrado que las comunidades con mayor capacidad de respuesta ante eventos críticos son aquellas que se encuentran más cohesionadas, con valores grupales más consolidados y con una autopercepción más positiva de sí mismas, así como de las tradiciones y costumbres que las distinguen.(25,26,27) Ello repercute de manera favorable en el desarrollo de resultados palpables que aseguran, según las fuentes consultadas,(27,28,29,30) lo siguiente: a) mayor percepción colectiva de control de las consecuencias generadas por sucesos vitales, b) trabajo colaborativo en la instrumentación de acciones que favorecen mejores formas de comunicación y, c) confianza en las acciones llevadas a cabo. Las implicaciones de los puntos anteriores estriban en que la comunidad consolida mayores y mejores herramientas para aminorar el impacto de los sucesos vitales.
De manera sintética, toda intervención orientada a fortalecer la resiliencia de una comunidad debe procurar la autodeterminación y autonomía de los pobladores para que sean ellos quienes, bajo el reconocimiento de su realidad, de sus capacidades y límites, puedan desplegar formas eficaces y eficientes de anteponerse a cualquier adversidad, restricción o peligro. Por tanto, la colaboración recíproca no solo constituye el medio ideal para establecer acuerdos, también, lo es para canalizar emociones y sentimientos relacionados con la desesperanza, indefensión, ansiedad, miedos y frustraciones. Así, el trabajo con las comunidades es, al mismo tiempo, una forma de catalizador afectivo, lo que favorece también el desarrollo de alianzas estratégicas con instituciones educativas, de gobierno y la industria.(31,32,33)
Actividad sísmica y su impacto en la vida emocional de las personas
Las catástrofes naturales, dentro de estas la actividad sísmica, constituyen una amenaza potencial para el funcionamiento habitual de la vida cotidiana de personas y grupos, afectan el bienestar psicológico considerablemente y disminuyen los índices de calidad de vida.(34) Estos eventos, además de su magnitud e impacto en la pérdida de recursos humanos, animales y materiales, constituyen un estresor de especial importancia por su impacto en la salud mental, ya sean habituales o inesperados, hecho reconocido por la OMS. Adicionalmente, este daño no puede ser cuantificado y suele expresarse en la dimensión espiritual de individuos y la propia comunidad, impactando directamente en su identidad y herencia.(1,34,35,36)
Los estudios especializados muestran que tras un terremoto es común la aparición de alteraciones que van desde una respuesta psicológica normal o esperadas hasta pérdidas de contacto con realidad reflejadas en episodios psicóticos, esto debido a la intensidad del fenómeno y el malestar clínico que genera. Además, otras variables como tiempo duración, grado de exposición, salud mental previa e impacto directo en la vida cotidiana, son resaltadas en la literatura.(37,38,39) En consecuencia, las respuestas más frecuentes son las crisis ansioso-depresivas, consumo irresponsable y excesivo de sustancias psicoactivas, trastornos asociados al estrés, fatiga, entre otros.(40,41,42)
MÉTODOS
El estudio se llevó a cabo a partir de un enfoque de investigación acción participativa, por ser este un método para el recabado y procesamiento de datos, pero también una vía para el empoderamiento de la comunidad de cara a afrontar desastres naturales, de ahí su pertinencia.(43,44) Además, la contextualización de la situación problémica haya sentido en los eventos vivenciados por la comunidad Asunción Ixtaltepec Oaxaca, hechos que en adición a su impacto en la vida material, deben ser comprendidos en el marco de la historia reciente de México y el papel de la actividad telúrica en el imaginario popular.(45)
Por tanto, una aproximación orientada hacia el empoderamiento comunitario desde el propio examen de la realidad se apreció como la metodología adecuada.(46) Para tal decisión fueron tomadas en consideración las adaptaciones y modificaciones visibles realizadas por los habitantes, el diagnostico de los procesos comunitarios y el sistema de necesidades asociado a la generación de un enfoque proactivo dirigido al afrontamiento comunitario en situación de desastre.
En ese sentido, la primera fase del estudio estuvo encaminada a la recogida de la información con inclinación hacia las variables sociodemográficas. El propósito general fue recopilar, organizar y procesar la información correspondiente a género, nivel de escolaridad, edad, vivencias asociadas al seísmo de 2017; impacto en la vida psíquica, material y espiritual; así como las estrategias a nivel individual, grupal y comunitario para el afrontamiento del evento y la vuelta a la normalidad.
La segunda fase tuvo como propósito general el acompañamiento durante el proceso de comprensión de las necesidades asociadas a la promoción de la resiliencia comunitaria desde la perspectiva de los sujetos del estudio. En esta el enfoque se ubicó en el mejor entendimiento de las narrativas resultantes de la interpretación de subjetiva de los hechos, las expresiones de vulnerabilidad sociopsicológica y comunitaria, la naturaleza de las acciones encaminadas a la preservación del bienestar psicológico y la capacidad de respuesta, así como propuestas de alternativas de cara al futuro.
RESULTADOS
A continuación, se reporta los datos más relevantes derivados de la Intervención Acción Participativa para el desarrollo de resiliencia comunitaria en la población de Asunción Ixtaltepec Oaxaca:
· Población (N)= 15,261 habitantes de los cuales 7,711 son mujeres y 7,550 hombres (censo INEGI, 2020).
· Muestra (n)= 420 personas de los cuales 220 son mujeres y 200 hombres (Para una N = 15 261 y con un intervalo de confianza de 95 % se requiere una n= 376 para ser representativa).
Tabla 1. Segmentación de la muestra por rangos de edad |
||
Grupo de edades |
Mujeres (No.) |
Hombres (No.) |
15 a 19 años |
35 |
27 |
20-29 años |
42 |
39 |
30-39 años |
49 |
45 |
40-49 años |
61 |
52 |
50-59 años |
19 |
20 |
60-69 años |
14 |
17 |
Total |
220 |
200 |
Nota: Como criterio de inclusión se decidió trabajar con una n= 15 a 69 años por ser población que contempla un amplio rango de etapas de vida y por ser personas que tienen experiencia reportable en eventos sísmicos. |
El análisis del total de individuos que se percibieron como resilientes mostró que 340 personas reportaron serlo, en tanto que 80 reportaron no serlo tomando en consideración los componentes cognitivo, socioafectivo y conductual. Estos resultados pueden ser comprendidos a partir de estudios anteriores pues, según los datos consultados, las estrategias de participación social, principalmente relacionadas con la ayuda (agua, alimentos, refugio) pueden enmascarar las vivencias individuales o imbuir a los sujetos a sentirse resilientes.(47) Además, el estudio citado mostró que las personas más resilientes eran aquellas con una edad superior a 40 años y pertenecientes a etnias locales,(44) lo que sugiere la importancia de la herencia en la resiliencia comunitaria.(26)
Derivado de la intervención comunitaria con la población de Asunción de Ixtaltepec en el estado de Oaxaca, se detecta que el 83 % (ver gráfica 1) de la población objetivo demostró desplegar capacidades resilientes en las dimensiones cognitivas, socioafectivas y conductuales, lo que les permitirá diseñar acciones de prevención de desastres ante eventos sísmicos característicos de la geografía del lugar. Estos resultados fueron triangulados en la literatura, encontrándose que en este periodo resultó de vital importancia en otras comunidades volcarse a la reparación de edificios de importancia cultural, la recuperación de zonas particularmente afectadas y otras iniciativas similares, lo que sugiere que la acción colectiva empodera y facilita la vuelta a la normalidad.(48) En general, estos procesos de gentrificación tras el evento catastrófico han demostrado de ser especial relevancia para la promoción de la resiliencia comunitaria, pero se precisa una mejor comprensión de las dinámicas sociales que le dan forma.(26,49,50,51,52,53)
Figura 1. Perfil de resiliencia comunitaria
Sin embargo, es preciso explorar los componentes afectados. A continuación, se puede apreciar el comportamiento de la variable cohesión.
Tabla 2. Porcentajes de las respuestas más relevantes en el componente cognitivo |
||||
Cogniciones |
Hombres (n) |
Mujeres (n) |
No. |
% |
En favor de la cohesión |
178 |
200 |
378 |
90 |
Autoeficacia |
193 |
168 |
361 |
86 |
Optimismo |
120 |
174 |
294 |
70 |
Nota: n= 420 sujetos de 15 años a 69 años. |
En relación al impacto de la intervención comunitaria, esta permitió a los integrantes de la población objetivo reestructurar pensamientos de indefensión y vulnerabilidad social en cogniciones que favorecen la resiliencia comunitaria. Ello, toda vez que permitió compartir una percepción social de control de ciertas circunstancias y acciones que hace a la comunidad posicionarse en favor de la cohesión, con mayor autoeficacia y optimismo del futuro (ver tabla 2) como creencias reportadas con mayor frecuencia.
Cabe señalar, que dichos pensamientos no ocultan en el imaginario colectivo la sensación de vulnerabilidad y la autopercepción de fragilidad en la que se encuentran los pobladores de Asunción Ixtaltepec por carencias estructurales. Sin embargo, sí les permitió saberse con determinado control sobre acciones que pueden prevenir desastres y reducir sensiblemente consecuencias, incluso, mortales de la actividad sísmica. Estudios anteriores han patentado la influencia positiva de iniciativas que tienen a la educación, la participación y la elaboración conjunta en la preparación de las comunidades para afrontar estos eventos, así como su contribución en aspectos preventivos como la identificación de vulnerabilidades.(28,54,55,56,57)
En el ámbito socioafectivo es notable que, si bien es cierto que las tres dimensiones exploradas (tranquilidad, entusiasmo y confianza) tienen porcentajes positivos en comparación con los ámbitos cognitivo y conductual es el de menor impacto (ver tabla 3). Se observa que solo “tranquilidad” rebasa el 80 % de personas que reportaron en el instrumento de medición una mejoría. Por el contrario, “confianza” es el sentimiento menos valorado por los pobladores de Asunción Ixtaltepec. Esto puede explicarse debido a que las personas requieren experiencias previas que permitan erradicar la incertidumbre e incrementar la certeza acerca de lo que realizamos y las consecuencias derivadas, es decir, la comunidad requiere implementar, de manera recurrente, acciones resilientes que potencien su empoderamiento.
Tabla 3. Porcentajes de las respuestas más relevantes en el componente socioafectivo |
||||
Socioafectividad |
Hombres (n) |
Mujeres (n) |
No. |
% |
Tranquilidad |
157 |
200 |
357 |
85 |
Entusiasmo |
193 |
168 |
310 |
74 |
Confianza |
120 |
174 |
294 |
70 |
Nota: n= 420 sujetos de 15 años a 69 años. |
Por último, en el ámbito conductual se observó que la “realización de acciones comunitarias y familiares para la prevención de desastres” es la dimensión que mejor favorecida resultó después de la intervención. Los pobladores de Asunción Ixtaltepec manifiestan una disposición abierta y positiva para llevar a cabo conductas que fortalezcan, por una parte, la cohesión entre los integrantes de la comunidad y, al mismo tiempo, el desarrollo de la resiliencia. Estos resultados fueron contrastados en la literatura, donde las fuentes especializadas mostraron que en otras comunidades afectadas la prevención formaba de la herencia, pero también aparecía como un bloque importante de cara a la organización de las acciones en la fase recuperación, lo que muestra que la conducta proactiva puede ser un importante factor protector ante las consecuencias negativas en la salud física y mental colectiva.(58,59)
Tabla 4. Porcentajes de las respuestas más relevantes en el componente conductual |
||||
Conducta |
Hombres (n) |
Mujeres (n) |
No. |
% |
Realización de acciones comunitarias y familiares de prevención de desastres |
157 |
200 |
370 |
88 |
Compartir información con la comunidad |
193 |
168 |
348 |
83 |
Ayudó a la comunidad en acciones de prevención |
120 |
174 |
344 |
82 |
Nota: n= 420 sujetos de 15 años a 69 años. |
CONCLUSIONES
En síntesis, el perfil de la resiliencia comunitaria de los pobladores de Asunción Ixtaltepec, Oaxaca, se conformó de tres dimensiones fundamentales que obedecen a los tres factores explorados. En el cognitivo se identifica un pensamiento a favor de la cohesión comunitaria, traducido en creencias positivas sobre la importancia de la solidaridad y el apoyo. En segundo momento, desde el componente socioafectivo “la tranquilidad” como consecuencia del fortalecimiento de las relaciones sociales y cohesión comunitaria fortalece la creencia de apoyo entre los pobladores. En la dimensión conductual la realización de acciones comunitarias y familiares de prevención de desastres se consolida por una creencia genuina en favor de la cohesión. Dicho con otras palabras, la creencia favorable de cohesión potencia sentimientos de tranquilidad e impulsa acciones comunitarias de prevención lo que, a su vez, fortalece lazos de afecto y reciprocidad entre quienes integran la población objetivo. De esta manera, con base en la evidencia reportada se concluye que se ha cumplido el objetivo a saber: Los habitantes de Asunción Ixtaltepec generarán resiliencia comunitaria a través del desarrollo de habilidades cognitivas, socio afectivas y conductuales para el afrontamiento efectivo de fenómenos naturales y, así, lograr fortalecer y regenerar el tejido social, al tiempo, también, disminuir significativamente los desastres por actividad sísmica.
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FINANCIACIÓN
Los autores no recibieron financiación para el desarrollo de la presente investigación.
CONFLICTO DE INTERESES
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.
CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA
Conceptualización: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Curación de datos: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Análisis formal: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Adquisición de fondos: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Investigación: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Metodología: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Administración del proyecto: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Recursos: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Supervisión: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Validación: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Visualización: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Redacción – borrador original: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.
Redacción – revisión y edición: José Antonio Hernández Salinas, Ramsés Daniel Martínez García, Mijael Altamirano Santiago.