doi: 10.56294/sctconf2023801

 

Categoría: Health Sciences and Medicine

 

ORIGINAL

 

Analysis of analgesic use in elderly adults attending the GAD parroquial Tufiño, Ecuador

 

Análisis del uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD parroquial Tufiño, Ecuador

 

Mónica Alexandra Bustos Villarrea1  *

 

1Universidad Regional Autónoma de Los Andes, Sede Tulcán. Ecuador.

 

Citar como: Bustos Villarrea MA. Analysis of analgesic use in elderly adults attending the GAD parroquial Tufiño, Ecuador. Salud, Ciencia y Tecnología - Serie de Conferencias. 2023; 2:801. https://doi.org/10.56294/sctconf2023801

 

Enviado: 07-06-2023                   Revisado: 17-09-2023                   Aceptado: 19-12-2023                 Publicado: 20-12-2023

 

Editor: Dr. William Castillo-González

 

ABSTRACT

 

The use of analgesics in older adults is a critical issue due to the risks associated with inappropriate consumption. This study aims to analyze the use of analgesics in older adults attending the Tufiño Parish GAD in Ecuador. A descriptive and cross-sectional study was conducted with a sample of 30 older adults. A closed-ended questionnaire was applied, and rigorous ethical criteria were considered. The results showed that 100 % of the respondents use analgesics, with paracetamol and ibuprofen being the most common. However, multiple adverse effects such as nausea, headaches, and stomach acidity were identified. Most participants are unaware of the risks associated with the inappropriate use of analgesics. It is concluded that it is crucial to implement educational programs to inform about the safe use of these medications, thus improving the quality of life and reducing adverse effects in this population.

 

Keywords: Non-Steroidal Anti-Inflammatory Drugs (NSAIDs); Pro-Inflammatory Prostaglandins; Gastrointestinal Complications; Self-Medication in Older Adults; Education on the Use of Analgesics.

 

RESUMEN

 

El uso de analgésicos en adultos mayores es un tema crítico debido a los riesgos asociados con su consumo inadecuado. Este estudio tiene como objetivo analizar el uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD Parroquial Tufiño, en Ecuador. Se realizó un estudio descriptivo y transversal con una muestra de 30 adultos mayores. Se aplicó un cuestionario de preguntas cerradas y se consideraron criterios éticos rigurosos. Los resultados mostraron que el 100 % de los encuestados utilizan analgésicos, siendo el paracetamol y el ibuprofeno los más comunes. Sin embargo, se identificaron múltiples efectos adversos como náuseas, cefaleas y acidez estomacal. La mayoría de los participantes desconocen los riesgos asociados con el uso inadecuado de analgésicos. Se concluye que es crucial implementar programas educativos para informar sobre el uso seguro de estos medicamentos, mejorando así la calidad de vida y reduciendo los efectos adversos en esta población.

 

Palabras clave: Antiinflamatorios no Esteroideos (AINE); Prostaglandinas Proinflamatorias; Complicaciones Gastrointestinales; Automedicación en Adultos Mayores; Educación en Uso de Analgésicos.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Los analgésicos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son un grupo de medicamentos ampliamente utilizados para reducir el dolor, la inflamación y la fiebre. Actúan inhibiendo la enzima ciclooxigenasa (COX), la cual juega un papel clave en la síntesis de prostaglandinas, sustancias que median la inflamación, el dolor y la fiebre. Al bloquear esta enzima, los AINE reducen la producción de prostaglandinas, aliviando así los síntomas mencionados. Este grupo de medicamentos incluye fármacos de uso común como el ibuprofeno, el naproxeno, el diclofenaco y el ácido acetilsalicílico (aspirina). Los AINE se utilizan para tratar una variedad de condiciones, incluyendo artritis, dolores musculares, dolores de cabeza, dismenorrea y otros tipos de dolor agudo y crónico. Aunque son efectivos, su uso prolongado o en dosis altas puede asociarse con efectos secundarios, como irritación gástrica, úlceras pépticas, insuficiencia renal y riesgo aumentado de eventos cardiovasculares. Por ello, es importante utilizarlos bajo supervisión médica, especialmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores.

De acuerdo con los antecedentes investigativos, según Ingrasciotta et al. (2019), los analgésicos se utilizan comúnmente de manera inapropiada entre las personas mayores, lo que sugiere que la práctica de prescripción en el área de captación aún puede mejorarse. Por su parte, otro estudio que se realiza en Nigeria, indica que la prescripción inadecuada de analgésicos tiene un impacto significativo en la salud de los pacientes ancianos y en la sociedad en general. La evidencia empírica sobre la prescripción de analgésicos entre los ancianos en Nigeria es escasa. El estudio concluye que la mayoría de los pacientes hipertensos reciben AINE, lo que resalta la necesidad de una mayor concienciación sobre el uso racional de analgésicos entre los ancianos para mejorar su manejo y supervivencia (Akande-Sholabi et al. 2020).

Según una investigación que se realiza en Polonia, uno de los principales problemas que afectan a los pacientes geriátricos es el dolor. Además del dolor, la demencia y la depresión son problemas significativos en la vejez, complicando el diagnóstico y tratamiento del dolor. Los investigadores concluyen que, a pesar de la prevalencia generalizada del dolor entre los ancianos, solo alrededor de un tercio de ellos toman analgésicos, principalmente opioides débiles. Se observa que los pacientes con síntomas de demencia reportan dolor con menos frecuencia (Rutkowski et al. 2023).

En este contexto, el análisis del uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD parroquial Tufiño en Ecuador es crucial debido a varias razones. Primero, la población de adultos mayores está en crecimiento a nivel mundial, y con la edad aumenta la prevalencia de condiciones crónicas dolorosas, como la artritis, enfermedades cardiovasculares y neuropatías, que a menudo requieren el uso de analgésicos para el manejo adecuado del dolor y la mejora de la calidad de vida.

En segundo lugar, los adultos mayores son particularmente vulnerables a los efectos secundarios y las interacciones medicamentosas debido a cambios fisiológicos relacionados con la edad y la polifarmacia, que es común en esta población. Los AINE y otros tipos de analgésicos pueden presentar riesgos significativos, como problemas gastrointestinales, insuficiencia renal y eventos cardiovasculares, lo que hace necesario un monitoreo cuidadoso y una gestión adecuada de su uso.

Además, en contextos rurales y de bajos recursos, como el de Tufiño, puede haber un acceso limitado a servicios de salud especializados y a educación sobre el uso seguro de medicamentos. Esto puede llevar a un uso inadecuado o excesivo de analgésicos, agravando los riesgos asociados. Estudiar esta problemática en el contexto específico del GAD parroquial Tufiño permite identificar patrones de uso y potenciales problemas, así como desarrollar estrategias educativas y de intervención que mejoren la seguridad y efectividad del tratamiento del dolor en esta población vulnerable.

Este estudio puede servir como base para futuras investigaciones y políticas de salud pública, contribuyendo a una mejor comprensión y manejo del uso de analgésicos en adultos mayores, no solo en Tufiño, sino también en comunidades similares, dado que su objetivo es analizar el uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD parroquial Tufiño, en Ecuador.

 

MÉTODO

La presente investigación se llevó a cabo en la Parroquia Tufiño e incluyó a 30 adultos mayores de 65 años. Dado el pequeño tamaño de la población, se decidió incluir a la totalidad de los individuos en el estudio. Se utilizó un cuestionario con preguntas cerradas para la recolección de datos, permitiendo una evaluación estructurada y sistemática del uso de analgésicos en esta población.

El estudio se enmarcó dentro del nivel investigativo descriptivo y fue de tipo observacional, prospectivo, transversal y descriptivo. Este enfoque permitió observar y describir las características del uso de analgésicos entre los adultos mayores sin intervenir en su conducta o tratamiento.

Se tomaron en cuenta criterios éticos rigurosos durante todo el proceso investigativo. El estudio se realizó respetando estrictamente los principios éticos establecidos por la Conferencia de Helsinki y sus posteriores actualizaciones. Se obtuvo el consentimiento informado de todos los participantes, garantizando la confidencialidad y el anonimato de los datos recolectados. Además, se aseguró que los participantes comprendieran completamente los objetivos y procedimientos del estudio antes de su participación.

 

RESULTADOS

A continuación, se exponen los resultados del cuestionario aplicado, pregunta por pregunta.

 

Pregunta 1: ¿Cuál es su género?

 

Figura 1. Género

 

De acuerdo con la figura 1, se observa que el 34 % de los participantes pertenecen al género femenino y el 66 % al género masculino. Este hallazgo indica una mayor representación de hombres en el uso de analgésicos (AINE) entre los adultos mayores que acuden al GAD Parroquial de Tufiño. La predominancia masculina podría reflejar diversas dinámicas sociodemográficas y culturales en la comunidad de Tufiño, así como diferencias en la prevalencia de condiciones dolorosas crónicas y en las pautas de acceso y uso de servicios de salud. Es importante considerar estos aspectos al diseñar intervenciones y programas de manejo del dolor dirigidos a esta población.

 

Pregunta 2: ¿Tipo de instrucción educativa?

 

Figura 2. Instrucción educativa

 

De acuerdo con la figura 2, se observa que el 75 % de los adultos mayores que asisten al GAD Parroquial Tufiño han cursado la educación primaria. Además, el 16 % no tienen escolaridad, el 6 % tienen educación básica, y solo el 3 % han alcanzado la educación media. Estos resultados indican que la mayoría de los participantes tienen un nivel educativo bajo o carecen de escolaridad formal.

Este hallazgo es significativo, ya que un nivel educativo limitado puede estar asociado con un menor conocimiento sobre los efectos adversos y los riesgos del uso de analgésicos sin prescripción médica. La falta de educación puede influir en la capacidad de los adultos mayores para comprender las indicaciones médicas y gestionar adecuadamente su tratamiento del dolor. Por lo tanto, es crucial implementar estrategias educativas dirigidas a esta población para mejorar su comprensión sobre el uso seguro de analgésicos y reducir los riesgos asociados.

 

Pregunta 3: ¿Cuál es su ocupación?

De acuerdo con la figura 3, se observa que el 69 % de los participantes son amas de casa, el 9 % son agricultores, el 6 % son ganaderos y el 16 % se encuentran en otras ocupaciones. Las ocupaciones que implican un esfuerzo físico significativo, como las de agricultores y ganaderos, podrían estar relacionadas con una mayor necesidad de utilizar analgésicos (AINE) debido a la tensión constante en los músculos y articulaciones. Sin embargo, el grupo de amas de casa, que constituye la mayoría, también puede requerir analgésicos debido a las demandas físicas de las tareas domésticas.

 

Figura 3. Ocupación

 

Este hallazgo sugiere que la necesidad de analgésicos no está limitada a ocupaciones tradicionalmente consideradas como físicamente demandantes. Las tareas domésticas también pueden generar dolor crónico y molestias que requieren manejo con analgésicos. Es importante considerar estos factores ocupacionales al desarrollar programas de salud y estrategias de manejo del dolor para esta población.

 

Pregunta 4: ¿Se interesa por conocer sobre su condición de salud y la forma de cuidarse?

 

Figura 4. Condición de salud

 

De acuerdo con la figura 4, es posible evidenciar que el 56 % de los adultos mayores muestra un interés en conocer más sobre su condición de salud y cómo cuidarse. Esto puede ser un indicativo positivo para la promoción de la salud y la prevención de enfermedades en esta población. Sin embargo, también es crucial considerar que, independientemente de la respuesta, brindar información y fomentar la conciencia de la importancia del autocuidado y el conocimiento de la salud sigue siendo fundamental para todos los adultos mayores.

 

Pregunta 5: ¿Con que frecuencia acude al médico para el control de su salud?

 

Figura 5. Control de su salud

 

De acuerdo con la figura 5, se observa que el 59 % de los adultos mayores acuden al médico cada vez que se enferman, el 35 % realizan visitas mensuales para el monitoreo y la prevención, mientras que el 3 % acuden semanalmente y otro 3 % lo hace anualmente. Este hallazgo sugiere que la mayoría de las visitas médicas son reactivas, necesarias para abordar problemas de salud inmediatos, mientras que una proporción considerable realiza visitas proactivas para el monitoreo y prevención de su salud.

La frecuencia regular de visitas médicas es crucial para la prevención y el manejo adecuado de condiciones crónicas y agudas. Sin embargo, el hecho de que la mayoría de los adultos mayores acuda al médico solo cuando se enferma indica una posible dependencia de la automedicación, lo cual puede ser riesgoso, especialmente en esta población vulnerable. Es fundamental promover la importancia de las visitas médicas regulares y preventivas para reducir la incidencia de enfermedades y complicaciones graves. La educación sobre la necesidad de un seguimiento médico constante puede ayudar a disminuir la automedicación y mejorar el manejo integral de la salud en los adultos mayores.

 

Pregunta 6: ¿Cuándo usted presenta dolor en su cuerpo a quien acude?

 

Figura 6. Dolor en su cuerpo

 

De acuerdo con la figura 6, se observa que el 60 % de los adultos mayores acuden a un médico cuando presentan dolor, lo cual es positivo y sugiere que la mayoría busca atención profesional para el manejo del dolor. Sin embargo, el 28 % recurre a la farmacia, el 9 % a familiares, y el 3 % a otros recursos.

Es esencial educar y promover la importancia de la atención profesional para el manejo del dolor. La orientación médica puede ayudar a determinar la causa subyacente del dolor y a elegir las opciones de tratamiento adecuadas, que podrían incluir analgésicos (AINE) en casos apropiados. Si bien es importante respetar las opciones culturales y tradicionales, esto debe ir acompañado de un enfoque basado en la seguridad y la eficacia, garantizando el bienestar y la salud a largo plazo de los adultos mayores.

El hecho de que una proporción significativa recurra a farmacias o familiares para el manejo del dolor destaca la necesidad de intervenciones educativas que mejoren el conocimiento sobre el uso seguro de medicamentos y la importancia de la consulta médica. Fomentar la búsqueda de atención profesional puede contribuir a un manejo más adecuado del dolor y a la prevención de complicaciones asociadas con el uso inapropiado de analgésicos.

 

Pregunta 7: ¿Usted padece de alguna de las siguientes enfermedades que se diagnostica por el médico?

 

Figura 7.  Enfermedades que se presentan

 

De acuerdo con la figura 7, se observa que la patología con mayor prevalencia es la hipertensión arterial, afectando al 29 % de los adultos mayores. Le siguen la artralgia con un 26 %, la gastritis con un 24 %, la insuficiencia cardíaca con un 3 %, y la diabetes con un 2 %. Un 16 % de los participantes no presenta ninguna enfermedad diagnosticada por el médico.

Este análisis indica que solo el 16 % de la población encuestada no tiene una enfermedad diagnosticada, mientras que el 84 % presenta diversas condiciones médicas. La diversidad de condiciones médicas en la población de adultos mayores del GAD Parroquial de Tufiño resalta la importancia de proporcionar una atención médica integral y adaptada a las necesidades individuales. El manejo del dolor mediante el uso de analgésicos (AINE) debe ser cuidadosamente considerado en el contexto de estas condiciones médicas existentes.

La promoción de la educación sobre la prevención y el manejo de enfermedades crónicas es crucial para mejorar la calidad de vida de los adultos mayores y asegurar un envejecimiento saludable. Además, es esencial que los profesionales de la salud monitoreen de cerca a estos pacientes para evitar posibles interacciones medicamentosas y efectos secundarios asociados con el uso de analgésicos en presencia de múltiples comorbilidades.

 

Pregunta 8: ¿Cree usted que en su condición de salud necesite información acerca del uso de medicamentos para el dolor?

 

Figura 8. Información acerca del uso de medicamentos

 

De acuerdo con la figura 8, se observa que el 94 % de los adultos mayores considera que necesita información sobre el uso de medicamentos para el dolor, mientras que solo el 6 % cree que no es necesario. Esta respuesta indica que la mayoría de la población está consciente de la importancia de comprender cómo manejar el dolor de manera segura y efectiva.

La necesidad de información destaca la relevancia de implementar programas educativos que brinden a los adultos mayores conocimientos adecuados sobre el uso seguro de analgésicos, especialmente AINE. Estos programas deben abordar los posibles efectos secundarios, las interacciones medicamentosas, y la importancia de seguir las indicaciones médicas. Además, fomentar el diálogo abierto entre los pacientes y los profesionales de la salud puede mejorar la adherencia al tratamiento y la eficacia en el manejo del dolor, contribuyendo a una mejor calidad de vida para los adultos mayores.

 

Pregunta 9: ¿Usted toma alguno de estos medicamentos para el dolor?

Figura 9. Diferentes medicamentos

 

De acuerdo con la figura 9, se observa que el 100 % de la población encuestada toma diferentes medicamentos para aliviar el dolor. Entre los medicamentos mencionados, el 47 % toma paracetamol, el 18 % toma aspirina, el 16 % toma otros analgésicos, el 15 % toma ibuprofeno, y el 4 % toma naproxeno. No se reportó el uso de diclofenaco.

Estos resultados subrayan la importancia del conocimiento y la educación sobre las opciones de analgésicos, especialmente los AINE, y la relevancia de su uso responsable para asegurar que los adultos mayores obtengan alivio del dolor de manera segura y efectiva. Dado que todos los encuestados utilizan algún tipo de analgésico, es esencial promover el uso adecuado y prevenir posibles efectos secundarios e interacciones medicamentosas. Los programas educativos deben enfocarse en informar sobre las dosis correctas, los riesgos asociados con el uso prolongado y las alternativas disponibles para el manejo del dolor.

 

Pregunta 10 ¿Con qué frecuencia consume medicamentos para el dolor?

 

Figura 10. Consumo

 

De acuerdo con la figura 10, se observa que el 78 % de los adultos mayores toma medicamentos para el dolor solo cuando es necesario (“a veces”), lo que sugiere una aproximación responsable y consciente al manejo del dolor. El 13 % siempre consume medicamentos para el dolor, el 6 % casi siempre, y el 3 % nunca lo hace.

Estos resultados indican que la mayoría de los participantes tiene un enfoque prudente respecto al uso de analgésicos, lo cual es positivo. Sin embargo, para asegurar que los adultos mayores puedan beneficiarse de estos medicamentos de manera segura y efectiva, es fundamental que la elección de cuándo y cómo tomar analgésicos se base en la orientación médica y una comprensión adecuada de la situación individual de cada persona.

La educación sobre el uso adecuado y responsable de los AINE es esencial. Los programas educativos deben enfocarse en proporcionar información sobre las dosis adecuadas, la frecuencia de uso y los posibles efectos secundarios. Además, es importante que los adultos mayores comprendan la importancia de seguir las indicaciones médicas para prevenir el uso inadecuado y evitar complicaciones relacionadas con el manejo del dolor.

 

Pregunta 11: ¿Qué reacciones adversas ha presentado usted por tomar estos medicamentos?

 

Figura 11. Reacciones adversas

 

De acuerdo con la figura 11, se observa que el 51 % de los adultos mayores no experimenta reacciones adversas al tomar medicamentos para el dolor, lo cual es positivo. Sin embargo, el 13 % de los participantes reporta ardor epigástrico, otro 13 % experimenta mareos, el 10 % presenta dolor de cabeza, el 10 % sufre estreñimiento, el 3 % tiene náuseas y el 3 % reporta otras reacciones adversas.

Es esencial prestar atención a las reacciones adversas mencionadas, ya que pueden afectar significativamente la calidad de vida de los adultos mayores. Estos efectos secundarios pueden estar asociados con el uso de AINE y deben ser gestionados adecuadamente. La comunicación continua con profesionales de la salud es crucial para abordar estos efectos secundarios y garantizar que los adultos mayores puedan utilizar los analgésicos de manera segura y efectiva.

Los profesionales de la salud deben monitorear regularmente a los pacientes, ajustar las dosis si es necesario, y considerar alternativas terapéuticas cuando se presenten reacciones adversas. Además, es importante educar a los pacientes sobre la identificación de estos efectos secundarios y la importancia de informar a su médico para recibir el tratamiento adecuado.

 

Pregunta 12: ¿Cuántas veces al día usted consume medicamentos para el dolor?

 

Figura 12. Frecuencia de consumo

 

De acuerdo con la figura 12, se observa que el 41 % de los adultos mayores toma medicamentos para el dolor solo cuando es necesario, el 31 % lo hace dos veces al día, y el 28 % una vez al día. Esto evidencia que cada individuo tiene un enfoque diferente para el manejo del dolor.

El enfoque más común, tomar medicamentos solo cuando es necesario, puede reflejar una prudencia y un deseo de evitar el uso excesivo de medicamentos. Por otro lado, quienes mantienen un enfoque más planificado con dosis regulares pueden estar siguiendo una estrategia preventiva o una recomendación médica específica para el manejo de condiciones crónicas o persistentes.

Ambos enfoques son válidos y dependen de la situación individual de cada persona y la recomendación médica. Es crucial la comunicación con profesionales de la salud para determinar la frecuencia y la dosis adecuadas de analgésicos para cada individuo. Los médicos deben evaluar la efectividad del tratamiento y ajustar las dosis según sea necesario para garantizar un manejo del dolor seguro y efectivo, minimizando el riesgo de efectos secundarios y optimizando la calidad de vida de los adultos mayores.

 

DISCUSIÓN

Los resultados del estudio revelan que los adultos mayores que asisten al GAD Parroquial de Tufiño presentan una serie de efectos adversos relacionados con el uso de analgésicos, entre los que destacan las náuseas, cefaleas, estreñimiento, acidez estomacal y mareos. Estos efectos adversos, aunque ocasionales, son significativos y resaltan la necesidad de una mayor supervisión y educación sobre el uso adecuado de estos medicamentos.

El uso inadecuado de analgésicos en adultos mayores puede ser atribuido en gran medida al desconocimiento sobre la medicación que consumen. Este desconocimiento incrementa el riesgo de efectos secundarios adversos, incluyendo enfermedades digestivas y renales. Dada la alta prevalencia de patologías crónicas como hipertensión, artralgia y gastritis en esta población, el manejo adecuado del dolor es crucial. Los analgésicos, particularmente los AINE, se utilizan comúnmente para tratar el dolor músculo-esquelético e inflamatorio. Sin embargo, el balance riesgo/beneficio debe ser cuidadosamente considerado.

El uso de AINE en adultos mayores está asociado con un riesgo elevado de desarrollar úlcera péptica y complicaciones graves como hemorragias y perforaciones. Estos riesgos se acentúan en la población geriátrica debido a los cambios fisiológicos y sociológicos asociados con el envejecimiento, como la disminución de la función renal y hepática, y la mayor susceptibilidad a las interacciones farmacológicas debido al uso concomitante de múltiples medicamentos para tratar diversas dolencias crónicas.

Además, la educación sobre el uso adecuado de analgésicos es vital. Un número significativo de los encuestados reporta tomar medicamentos solo cuando es necesario, lo que refleja una actitud responsable. No obstante, el uso regular de analgésicos sin adecuada orientación médica puede resultar en efectos adversos significativos. Es fundamental que los profesionales de la salud proporcionen información clara y accesible sobre el uso seguro de analgésicos y monitoreen regularmente a los pacientes para ajustar las dosis y prevenir complicaciones.

El alto porcentaje de adultos mayores que consideran necesario recibir más información sobre el uso de medicamentos para el dolor resalta la importancia de implementar programas educativos específicos para esta población. Estos programas deben enfocarse en mejorar el conocimiento sobre las opciones de tratamiento, la identificación de efectos secundarios y la importancia de seguir las indicaciones médicas. Fomentar la comunicación continua entre los pacientes y los profesionales de la salud es crucial para mejorar el manejo del dolor y la calidad de vida de los adultos mayores.

En un estudio que se lleva a cabo en Estados Unidos, Han et al. (2020) indican que el dolor es un síntoma común entre los pacientes con enfermedad renal. Sin embargo, existe poca información sobre el uso de analgésicos entre los pacientes mayores de 65 años con enfermedad renal crónica (ERC) que no reciben tratamiento de diálisis. Los resultados del estudio concluyen que, entre los pacientes de Medicare con ERC, el uso de analgésicos recetados, incluyendo tanto opioides como AINE, aumentó entre 2006 y 2015. Optimizar el manejo del dolor en una condición tan compleja como la enfermedad renal sigue siendo una prioridad tanto para los médicos como para los investigadores (Han et al. 2020).

Un estudio que se realiza por autores estadounidenses (Herzig et al. 2021) indica que, aunque millones de adultos comienzan a usar analgésicos al momento del alta hospitalaria cada año, existen pocos estudios que cuantifiquen los riesgos de los opioides y los AINE entre los adultos mayores durante esta transición. El estudio concluye que los adultos mayores que surtieron una receta de opioides en la semana posterior al alta hospitalaria presentaron un mayor riesgo de mortalidad y otros resultados adversos en comparación con aquellos que surtieron solo una receta de AINE.

La alta prevalencia de dolor crónico en ancianos ha motivado la búsqueda de nuevos enfoques para un manejo eficaz y seguro de esta población. Los fármacos antiepilépticos pueden proporcionar un efecto analgésico en diversos tipos de dolor crónico, especialmente en el dolor neuropático. La gama de antiepilépticos utilizados como analgésicos presenta un perfil variable de eficacia y seguridad en los ancianos (Ushkalova, Zyryanov, y Butranova 2022).

En el contexto de los resultados obtenidos en el presente estudio sobre el uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD Parroquial Tufiño, se evidencia una alta prevalencia del uso de medicamentos para el manejo del dolor, con un significativo porcentaje de participantes informando efectos adversos. Este hallazgo es consistente con el estudio de Horgas et al. (2019), que también destaca la importancia de considerar los analgésicos como variables críticas en los estudios sobre adultos mayores en la comunidad. Ambos estudios subrayan la necesidad de métodos rigurosos para cuantificar y analizar el uso de analgésicos, ya que este aspecto tiene un impacto directo en la función física y la calidad de vida de los adultos mayores.

En el estudio de Horgas et al. (2019), se utiliza la función física como variable de resultado para examinar la relación entre el dolor, el uso de analgésicos y los resultados clínicos en una muestra de 2,802 adultos mayores en Estados Unidos. Los hallazgos indican que el dolor se asocia significativamente con una peor función física, y que los métodos simples de codificación de fármacos son igualmente efectivos que los métodos más complejos para predecir el funcionamiento físico. Este análisis es relevante para el presente estudio, ya que también se identifica una relación crítica entre el uso de analgésicos y los efectos adversos reportados, sugiriendo que métodos de cuantificación adecuados son esenciales para comprender el impacto del uso de analgésicos en esta población.

El presente estudio sobre el uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD Parroquial Tufiño revela una alta prevalencia en el consumo de medicamentos para el dolor, similar a lo encontrado por Beissner et al. (2020). Este estudio en Estados Unidos muestra que el 85 % de los adultos mayores que reciben atención domiciliaria utilizan al menos un analgésico, con un uso significativo de opioides (51,3 %), paracetamol (33,1 %) y AINE (23,2 %). A los 60 días de seguimiento, el uso de paracetamol, opioides y AINE se mantuvo alto. Este patrón de uso refleja la necesidad crítica de monitorear y gestionar adecuadamente la prescripción de analgésicos para prevenir efectos secundarios y reacciones adversas, especialmente en poblaciones vulnerables como los adultos mayores.

El presente estudio también destaca la importancia de proporcionar información y educación sobre el uso adecuado de estos medicamentos, dado que un alto porcentaje de los participantes reporta no tener suficiente conocimiento sobre sus efectos. La comparación con el estudio de Beissner et al. subraya la consistencia de estos hallazgos en diferentes contextos y la necesidad de enfoques integrales para el manejo del dolor en adultos mayores, incluyendo el monitoreo de reacciones adversas y la evaluación continua del uso de analgésicos.

El presente estudio sobre el uso de analgésicos en adultos mayores que asisten al GAD Parroquial Tufiño muestra que los participantes consumen una variedad de analgésicos, incluidos AINE y opioides, con una notable proporción reportando efectos adversos. Similarmente, Cublier et al. (2020) destacan que la adicción a los opioides analgésicos (AOA) es común en los adultos mayores, lo que conlleva a una alta morbimortalidad debido a las modificaciones farmacocinéticas propias de la edad. A pesar de la alta prevalencia, la AOA a menudo no se detecta adecuadamente en esta población, lo que subraya la necesidad de implementar herramientas específicas de cribado para identificar y prevenir el riesgo de adicción.

El estudio de Cublier et al. también enfatiza la importancia de revisar exhaustivamente los tratamientos concomitantes y las prescripciones previas de opioides antes de iniciar un nuevo tratamiento con estos medicamentos. Esto se alinea con los hallazgos del presente estudio, que sugieren una falta de conocimiento sobre el uso adecuado de analgésicos entre los adultos mayores encuestados. La colaboración interdisciplinaria, como la que se promueve en Estados Unidos entre geriatras y psiquiatras, es fundamental para optimizar el manejo de las comorbilidades somáticas y psiquiátricas, asegurando un enfoque integral en el tratamiento del dolor y la prevención de la adicción a opioides.

Los autores del presente estudio consideran que es interesante considerar un estudio que relacione la incidencia de la COVID-19 con el consumo de analgésicos en adultos mayores en Ecuador. Este estudio sería relevante porque la pandemia ha alterado significativamente las prácticas de salud y el comportamiento de los pacientes, incluyendo el uso de medicamentos. Los adultos mayores, siendo una de las poblaciones más vulnerables a la COVID-19, pueden haber experimentado cambios en el manejo del dolor debido a las restricciones de movilidad, el temor a visitar centros de salud y la posible exacerbación de enfermedades crónicas.

Explorar cómo la pandemia ha afectado el consumo de analgésicos en esta población podría revelar importantes tendencias en la automedicación y el acceso a tratamientos médicos adecuados. Además, identificar cualquier cambio en los patrones de uso de analgésicos podría ayudar a desarrollar estrategias para mejorar la educación y el manejo del dolor en situaciones de crisis de salud pública.

Aunque existen estudios ecuatorianos que abordan diversos aspectos de la COVID-19, ninguno ha explorado específicamente la relación entre la pandemia y el uso de analgésicos en adultos mayores. Por ejemplo, Llerena Cepeda et al. (2022) investigan las variantes predominantes de COVID-19 en Ecuador y sus síntomas asociados, proporcionando un panorama detallado de la evolución del virus en el país (Llerena Cepeda, Sailema López, y Zúñiga Cárdenas 2022). Zúñiga Cárdenas et al. (2022) examinan las lesiones cutáneas en pacientes de COVID-19 en cuidados intensivos, destacando las complicaciones dermatológicas que pueden surgir durante el tratamiento intensivo (Zúñiga Cárdenas, Sailema López, y Alfonso González 2022). Cobo-Álvarez et al. (2024) evalúan la concordancia entre médicos, internos y estudiantes sobre la gravedad de COVID-19 mediante el índice Kappa de Fleiss, aportando percepciones sobre la variabilidad en la percepción de la gravedad de la enfermedad entre diferentes niveles de profesionales de la salud (Cobo-Álvarez, Escobar-Suárez, y Rodríguez-Reyes 2024).

Estos estudios proporcionan una base sólida sobre los efectos de la COVID-19 en diversos aspectos de la salud, pero ninguno aborda específicamente cómo la pandemia ha influido en el consumo de analgésicos en adultos mayores. Por lo tanto, un estudio en esta área no solo llenaría un vacío en la literatura existente, sino que también ofrecería datos cruciales para mejorar el manejo del dolor y la calidad de vida de los adultos mayores en Ecuador durante y después de situaciones de crisis sanitaria.

 

CONCLUSIONES

A través de la fundamentación teórica sobre los efectos adversos asociados al consumo de analgésicos, se ha logrado un entendimiento más profundo de los riesgos que pueden surgir con su uso. Esta comprensión proporciona información esencial para la educación y la toma de decisiones informadas entre los adultos mayores y sus cuidadores.

El estudio determinó que la mayoría de la población encuestada consume analgésicos por razones necesarias, destacando la importancia de la educación y la promoción de un uso responsable, guiado por la atención médica, para evitar la automedicación y sus riesgos asociados. Se identificó que el paracetamol y el ibuprofeno son los analgésicos más utilizados por los adultos mayores que asisten al GAD Parroquial de Tufiño.

Las charlas educativas brindadas a los adultos mayores tuvieron como objetivo concientizar a la población sobre el consumo de analgésicos sin prescripción médica, con el fin de evitar posibles riesgos. Es crucial que tanto los adultos mayores como sus cuidadores estén bien informados sobre los beneficios y riesgos de los AINE. Esta educación puede contribuir a una toma de decisiones informada.

En el contexto del GAD Parroquial de Tufiño, estas medidas podrían mejorar significativamente la calidad de vida de los adultos mayores y reducir la incidencia de efectos adversos asociados con el uso inadecuado de analgésicos. Promover el conocimiento sobre el manejo adecuado del dolor y los riesgos de la automedicación es fundamental para el bienestar de esta población.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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FINANCIACIÓN

Los autores no recibieron financiación para el desarrollo de la presente investigación.

 

CONFLICTO DE INTERESES

Los autores declaran que no existe conflicto de intereses.

 

CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA

Conceptualización: Mónica Alexandra Bustos Villarrea.

Investigación: Mónica Alexandra Bustos Villarrea.

Metodología: Mónica Alexandra Bustos Villarrea.

Redacción – borrador original: Mónica Alexandra Bustos Villarrea.

Redacción – revisión y edición: Mónica Alexandra Bustos Villarrea.