doi: 10.56294/sctconf2024.717

 

Analysis of the Philosophical and Sociological Foundation of Human Freedom in the Political-Social Order of the West

 

Análisis de la Fundamentación Filosófica y Sociológica de la Libertad Humana en el Orden Político-Social de Occidente

 

Eduardo Rojas Hernández1  *, Josefina Cuello Daza1  *

 

1Universidad Popular del Cesar, Colombia.

 

Citar como: Rojas Hernández E, Cuello Daza J. Analysis of the Philosophical and Sociological Foundation of Human Freedom in the Political-Social Order of the West. Salud, Ciencia y Tecnología - Serie de Conferencias. 2024; 3:.717. https://doi.org/10.56294/sctconf2024.717

 

Enviado: 03-03-2024                   Revisado: 27-06-2024                   Aceptado: 02-10-2024                 Publicado: 03-10-2024

 

Editor: Dr. William Castillo-González

 

Autor para la correspondencia: Eduardo Rojas Hernández *

 

ABSTRACT

 

This paper seeks to elucidate the problems of individuals immersed in the “universe” of the social and their development under historical power relations, viewed from long before the birth of sociology as a science of the study of structures, functioning, and development of social life with its human activities. The aim is for the new generations of postmodernity to understand how to face the challenges posed by some new forms of power associated with state bureaucracy, which classical sociologists such as E. Durkheim, Karl Marx, and especially Max Weber had warned about, as well as some philosophers like Theodor W. Adorno and Max Horkheimer, who foresaw the constant changes and alterations in human affairs in the West. This convergence between philosophy and sociology examines the problem of freedom of human actions and their social structuring and development, viewed from the relationship between sociology and the critique of the form of self-knowledge of contemporary society, analyzed through the lens of power and domination relations and the insights provided by philosophy since antiquity, where the concept of freedom had a different meaning than what we understand today.

 

Keywords: Sociology; Philosophy; Structure; Development; Human Freedom.

 

RESUMEN

 

El presente trabajo, intenta vislumbrar la problemática de los individuos inmersos en el “universo” de lo social y su desarrollo bajo las históricas relaciones de poder vistas desde mucho antes del nacimiento de la sociología fundada como ciencia del estudio de las estructuras, funcionamiento y desarrollo de la vida gregaria con sus quehaceres humanos, con el objetivo de que las nuevas generaciones de la posmodernidad tengan la noción de como asumir los retos planteados por algunas nuevas formas de poder asociados a la burocracia estatal que sociólogos clásicos habían advertido entre ellos E. Durkheim, Karl Marx, pero muy especialmente Max Weber, como también algunos filósofos como Theodoro W. Adorno, Max Horkheimer entre otros que vislumbraron los constantes cambios y alteraciones en los hechos humanos en occidente, en los cuales se puede ver una convergencia entre filosofía y sociología en la mirada al problema de la libertad de las acciones humanas y su estructuración y desarrollo social vista desde la relación existente entre la sociología y la crítica a la forma de autoconocimiento de la actual sociedad analizada desde las relaciones de poder y dominación y los datos suministrados por la filosofía desde la antigüedad donde el concepto de libertad tuvo otros significado distinto a lo que podíamos entender en la actualidad.

 

Palabras clave: Sociología; Filosofía; Estructura; Desarrollo; Libertad Humana.

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Análisis de la Fundamentación Filosófica y Sociológica de la Libertad Humana en el Orden Político-Social de Occidente, nos ha permitido, intentar vislumbrar el amplio espectro del conocimiento científico social existente en el curso de la historia moderna de la conformación de sociedades organizadas políticamente como estado, en cuanto máxima formas de organización social y política que la sociología desde su nacimiento como ciencia con su conjunto de teorías que la conforman conjuntamente con las ideas y doctrinas político-filosóficas y el largo trayecto histórico de otras disciplinas del conocimiento social y humano que por su entrecruzamiento no son ajenas al análisis de la evolución conceptual de la sociabilidad humana y su “libertad de acción” enmarcada en una conciencia social, política y culturalmente evolutiva que ha surgido en el mismo marco histórico de la vida social y política.

Nuestro análisis, tiene como punto de partida la fundamentación filosófica y sociológica, es decir las apreciaciones hechas por algunos filósofos desde la antigüedad y por su parte, las teorías sobre poder y dominación hechas por algunos pensadores que desembocaron en sociología como Karl Marx, Theodoro W. Adorno, Max Horkheimer, Foucault y especialmente Max Weber, donde se entremezclan los dos ámbitos que nos sirven como “ángulos” o enfoques que intenta vislumbrar la problemática de los individuos inmersos en lo social.

Con el objetivo de entender un poco nuestra situación en el “universo” de lo social y lo político como los dos principales aspectos que determinan la realidad humana en su continua búsqueda y aspiración de la “libertad” (de ser y de hacer), como también ir comprendiendo los nuevos aspectos y realidades transformadoras de lo social y su influencia en lo humano desde las diversas vertientes del saber científico y tecnológico y sus crecientes influencias de poder sobre la realidad social y humana siempre en busca de la libertad, la felicidad y el orden.

En relación a la problemática expuesta en este trabajo, cabe señalar que no se está en desacuerdo con los cambios políticos, religiosos, técnicos o científicos que de diversas formas afectan al ser humano toda vez que cada uno de estos aspectos tienen su razón de ser en los constantes anhelos de los seres humanos de ser libres y felices, ni de su forma de crecimiento acelerado; más bien que debemos apoyarnos en esa evolución fáctica y conceptual de los hechos sociales que pluraliza las vidas y las sociedades para poder hacer la valoración sobre las causas significativas de dichos cambios sobre lo humano y lo social.

En efecto, nuestro análisis se hace pertinente desde la mirada al desenvolvimiento de la vida humana y la relación existente entre la sociología y la crítica a la forma de autoconocimiento de la vida moderna y posmoderna a partir del uso del poder dominante y su relación con los datos históricos de la filosofía desde la antigüedad.

A primera vista se puede afirmar que las organizaciones estatales tienen una fundamentación filosófico-política con un profundo trasfondo coercitivo que coacciona la “libertad” del individuo, desde los más viejos modelos de sociedad hasta los modernos y contemporáneos; igualmente lo social, es un orden de hechos impuesto al individuo que lo condiciona. La instrumentalización de la vida social es todo un entramado científico y tecnológico que se une a las coerciones anteriormente citadas a título de necesidades sociales y humanas. La vida social se va haciendo más “cómoda” por sus objetos actantes y mediadores de la vida colectiva; pero muchas de esas “comodidades” terminan a veces no siendo solución de problemas, sino que también se convierten en problemas.

 Ahora bien, ¿de qué manera las generaciones actuales y las venideras podrán asumir los retos que le plantea las nuevas sociedades profundamente influenciadas en su conciencia social, ya no solo por el poder político de los estados y su aparato burocrático de dominación y demás condicionantes sociales, sino también por todas las otras formas de poder asociadas al mismo, especialmente la ciencia y la tecnología? Los más grandes sociólogos en sus teorías sociológicas no han planteado ni han visto que las sociedades reciban daño de sus instituciones sino todo lo contrario; pero en la pregunta que aquí nos hemos hecho nace una gran inquietud que amerita revisar la fundamentación filosófica y sociológica de la libertad humana en el orden político-social de las sociedades occidentales.

Análisis de la Fundamentación Filosófica y Sociológica de la Libertad Humana en el Orden Político-Social en Sociedades de Occidente, cuya finalidad es vislumbrar el problema de la situación del individuo en cuanto realidad humana inmerso en el “universo” de lo social y su desarrollo bajo las relaciones de poder que desde antes del nacimiento de la sociología como ciencia, con su fundador E. Durkheim, ya la filosofía antigua había especulado sobre ¿cómo debería ser una buena sociedad?, ¿Quiénes deberían ser los libertos?.

 Luego del nacimiento de las reglas del método sociológico donde el estudio de lo social queda plenamente establecido, aparecen tratados filosóficos tales como la crítica a la fenomenología de la racionalidad, que buscan mostrar que en el orden sociológico-metodológico en su carácter individualista y colectivista, no fundado en la filosofía de la racionalidad practica (Kantiana) donde sin embargo se interroga a cerca de la actividad humana y el ejercicio de la libertad a título de razón práctica, donde observamos ,que convergen los dos ámbitos, filosófico y sociológico que nosotros consideramos que deben ser analizados para desde ahí poder vislumbrar o al menos intentar de entender el problema de la libertad humana en el orden político y social de occidente.

Conviene decir, que los ámbitos filosófico y sociológico, han venido siendo renovado y presentado con las mismas intenciones, como una misma mirada al problema de la libertad de las acciones humanas y sus diversos conflictos que de una u otra forma, tienen que ver con la ausencia de equidad, como lo anotan algunos enfoques o miradas de la filosofía y la política en un mundo pluralizado en todas las realidades de la vida social, pero especialmente en lo político y en lo moral tal como lo deja ver Delfín Ignacio Grueso en su publicación “La filosofía y la política en el pluralismo”, refiriéndose a la teoría de John Rawls: “Con su teoría de justicia, la “justicia como equidad”, a todas luces una teoría filosófica de carácter moral, Rawls no solo reactiva este tipo de empresas filosóficas, muy propia de la más genuina tradición filosófica occidental, sino que presenta también un modo distinto de emprenderlas”.(11)

Hay que mencionar, la historia de la inflexible ordenación medieval de talante conservador liderada por la Iglesia, que mantuvo una larga hegemonía hasta la plena instauración del capitalismo, el fin de los Estados pontificios y la llegada de las grandes revoluciones (Inglesa y Francesa) son algunos de los aspectos dignos de presentar como preámbulo a la llegada de la posible reinstauración de un orden que requería las operaciones necesarias para reorganizar a las sociedades bajo el conocimiento de las leyes del orden y la evolución social, por tanto para ello, es pertinente aclarar mediante la siguiente pregunta ¿Qué significa lo social?.

Una primera respuesta a esta pregunta de la manera más sencilla puede ser la exterioridad y coercitividad de los hechos morales o sociales según E. Durkheim, quien es el verdadero fundador de la sociología como ciencia. En su monumental obra “Las Reglas del Método Sociológico”, traducción de Antonio Ferrer define el enunciado fundamental de la sociología cuando exterioriza: “he aquí, pues, un orden de hechos que presentan características muy especiales: consiste en modos de actuar, de pensar y de sentir exteriores al individuo; y que están dotado de un poder de coacción en virtud del cual se imponen sobre él”.(6)

Es claro que esta realidad expresa un actuar correspondiente a los hechos mentales representacionales, de opinión e institucionales, entre tantos; el hecho social relacionado con la conciencia colectiva es un concepto que además introduce Durkheim en su libro “La división del Trabajo Social”, donde hace una explicación sobre la solidaridad social, que él divide en mecánica y orgánica, señalando a esta última como propia de las sociedades avanzadas, que da lugar a la división del trabajo Durkheim.(8)

Ahora bien, la sociología como ciencia, planteada como toda una disciplina de conocimiento que requiere un método propio de estudio y establece su objetividad, que exige suprimir los prejuicios sociales existentes, la investigación de los fenómenos debe fundarse en una previa definición y sus características deben ser externas y comunes; y no a partir de aspectos independientes de las manifestaciones individuales, sus fundamentos deben ser las costumbres colectivas. Así las cosas, entonces la libertad humana necesariamente debe ser analizada dentro de un orden social establecido políticamente y no a partir de un existencialismo “libre”, es decir libertina como en Sartre o en un solipsismo como en Kierkegaard que plantea una autonomía teológica o religiosa a partir de suspender teleológicamente la moral: “La fe es justamente esa paradoja según la cual el individuo se encuentra como tal por encima de lo general, reglado frente a este, pero no como subordinado, sino como superior y siempre de manera tal que –tomase nota- es el individuo quien, luego de haber estado como tal subordinado a lo general, alcanza a ser ahora gracias a lo general el individuo y como tal superior a este;”.(13)

Este planteamiento existencialista de corte religioso no ha sido posible ni en el mundo del judaísmo ni en el cristianismo por ello la crítica de Kierkegaard a la cristiandad danesa. Y para generalizar es pertinente manifestar que ninguno de los demás planteamientos existencialistas es funcional al margen de la coerción social y esta es clara y se establece como enunciado de una ciencia: “No creo que podamos construir la moral en todos sus aspectos, en el silencio de un laboratorio, o a través de las solas fuerzas del puro intelecto. Todas las construcciones en que suelen complacerse los moralistas no son, a mi entender, sino juego de lógica, cuya inutilidad, por otra parte, he demostrado. La moral no es una geometría; no es un sistema de verdades abstracta o que pueda derivarse de alguna noción fundamental declarada evidente. Es algo mucho más complejo, pertenece al orden de la vida, no de la reflexión, es un conjunto de reglas de conductas, de prácticas imperativas que se han ido afirmado históricamente”.(5)

Evidentemente, es comprensible que la filosofía ha realizado serias reflexiones sobre la vida social anterior a la aparición de la sociología científica. Tales reflexiones se remontan a la cuna de la cultura occidental y lo podemos ver en filósofos como Platón y Aristóteles como ya lo hemos señalado, cuando debatían sobre como deberá ser una “buena sociedad”.

En tal sentido no podríamos parafrasear a nuestro ilustre amigo y profesor italiano Lorenzo Infantino en su obra “El Orden sin Plan” toda vez, que podríamos afirmar que el establecimiento de las sociedades en cuanto orden, han tenido una larga historia de planeación y podemos señalar que estas ideas se extendieron durante el curso de toda la historia del pensamiento occidental y toca aspectos de vital importancia como la filosofía política y muchos otros de los cuales no es posible ocuparme en este documento.

Cabe resaltar, que nuestro interés está, en mostrar la relación existente entre la sociología como ciencia y la crítica a la forma de autoconocimiento de la sociedades moderna y contemporánea a partir del uso del poder y su relación con la historia de la filosofía desde la antigüedad, pero muy especialmente a partir del funcionamiento de los estados modernos con un aparato burocrático de poder y dominación generador de conciencia social al punto de convertirse en democracia “gobierno de todos” sin dejar de ser siempre razón encausada que en Durkheim desde su definición de lo social se deja ver el pensamiento sometido, el cual origina patrones de participación en el mundo que eluden el juicio racional sobre los valores y los fines de la acción; la razón objetiva por su parte, sacrifica las virtualidades del individuo que en su lucha por la elección personal de actitudes morales y comportamientos sociales termina en la coacción y la falta de libertad individual.

Es relevante entender, la preocupación por vislumbrar o intentar comprender la problemática de los individuos inmersos el “universo” de lo social que teorizantes han llamado habitáculo de bronce o jaula de hierro; es por ello, que la reconstrucción de la dialéctica cobra significado en la recuperación del instrumento principal sobre el que los antecedentes teóricos de la teoría crítica y el fundamento de su desarrollo puso de manifiesto la negación determinada y su ejercicio central, “solo hay una forma de comprender la libertad: en negaciones concretas, a partir de la figura concreta de lo que se opone”.(6) hace presencia aquí el pensamiento de Hegel que al final solo termina en aprisionar el pensamiento de lo finito al supuesto de una figura acabada de síntesis ideal en la misma noción de absoluto.

Así mismo, es ante este razonamiento Hegeliano que Karl Marx propone la acción revolucionaria como camino que, al vencer el conflicto de clases, habría de ubicar al hombre en el inicio de su verdadera historia, pero reduciéndola a una sucesión de progresos tecnológicos y de producción material; para Adorno tanto el planteamiento Hegeliano como el Marxista presumen, el enquistamiento de un proceso que incorpora en su propia regla, su índole de incesante continuidad, pues, no se trata de aspiración a ningún fin, sino critica de lo existente, posibilidad por lo que existe. “Al negar la posibilidad de la aparición de lo radicalmente nuevo a manera de totalidad; y que hace visible la determinación de una dialéctica que en algún momento de su recorrido parece haberse horrorizado de sí misma”.(3) Fenomenología en cuanto dialéctica del concepto plantea que es esta quien hace la historia y no los hombres a los que utiliza, los hombres no hacen la historia; Marx califica a la dialéctica Hegeliana como de cabeza, en su crítica a Hegel dice: “El hombre existe para que exista la historia y la historia para que exista la demostración de la verdad”.(15)

Además, la visión de la filosofía de la racionalidad cargada de connotaciones sociológicas oscila entre dos polos: de la razón objetiva a la razón instrumental. La cadena de sustituciones de las formas históricas de la razón es expuesta por la teoría crítica de Adorno y Horkheime en torno a una coordenada: el tránsito de una racionalidad dirigida a conocer la realidad y objetos que la rodea, que propone como actividad fundamental al asentamiento inconmovible del orden de las cosas, hacia una estructura de pensamiento que considera los objetos como medios para fines determinados que se deben alcanzar, lo cual constituye un privilegio, la utilidad de la acción (Razón subjetiva instrumental).

Añádase además a manera global la teoría critica de Adorno y Horkheimer, que elige como motivo de controversia, de debate a la razón instrumental, considerada como desenfreno preceptivo del espíritu ilustrado y no en virtud de haber desmontado los antiguos patrones éticos, además también por la incapacidad para conducir hacia la culminación final de la conquista sobre los componentes míticos de los sistemas objetivos y haber fundado bajo una proclama exclusivamente combativa, un modelo de sociedad prohibido a la crítica; es poca la presencia; excepto la que encontramos por parte de Max Horkheimer en la “crítica de la razón instrumental” capitulo primero que tiene el enfoque de una razón objetiva que repetidamente purificada por su incongruencia, Adorno y Horkheimer en definitiva llegan a pensar como reprobada y culpada por el juicio de la historia.

Lo que se puede ver claramente en la forma de racionalidad destinada a conocer la realidad, los objetos que la rodean (razón objetiva) es su índole dogmática, en el sentido, que intenta consagrar una jerarquía de ilación unida, determinante y progresiva de los componentes o partes integrantes del ser, suficiente para explicar con claridad la propiedad o cualidad de todo en el ser que incorpore la entrada a los fines mismos y propios de cada ente y ante todo el hombre mismo comporta en su índole.

En este sentido, se comprende, que irrebatiblemente la razón objetiva acepta la supeditación de los ámbitos de la ética y la estética con relación al del conocimiento, la acción encuentra su “verdad” a partir de la conciencia del ser situada (cuasi inconsciente) y aparece la práctica pasiva del deber ser; tal forma de racionalidad destinada a conocer la realidad, los objetos que la rodean constituyen una manera cosificada de orientación práctica, porque encerrando los aspectos de la moral y el arte en la verdad, y por tanto desplegando la detención del conocimiento e inmovilismo teórico, produciendo así la interrupción práctica de la determinación; la razón objetiva viene a ser estimada por adorno y Horkheimer, casi como banal, intrascendente e irrecuperable, sus indicaciones se dirigen frecuentemente al anuncio sobre el peligro de una implantación del objetivismo moral sin poder eludir sus conexiones con la reacción.

El análisis procedente de la teoría crítica, se entiende como la propuesta del intento por restablecer el orden como un anacronismo que solo puede ser considerada como referente polémico, no obstante a que la razón instrumental hegemónica haga despuntar el hecho de que los viejos sistemas se dotaban de fines y establecían sus valores; la razón instrumental aflora como resultado de la inaguantable tensión entre la compresión estática y absoluta de ser; y una transformación y modernización constante de lo social que soportado en la separación de las esferas del conocimiento y la moral, progresa en torno a la universalización de la capacidad de la decisión política y la diversificación de los modos de vida individuales.

Dentro de este orden de ideas, se ha verificado el aumento en la contradicción que la razón objetiva aloja en sí, entre la proposición de la estructura definitiva de la realidad y la capacidad de juicio crítico, se inclina a favor de esta última; la intrínseca necesidad de la razón de ir más allá de sí misma en cumplimiento de su potencia “en los tiempos modernos la razón ha desarrollado la tendencia a disolver su propio contenido objetivo”.(12) Desde estas apreciaciones como preámbulo al asunto de lo humano y lo social frente al poder se pueden entender algunos giros del pensamiento filosófico y del rumbo de una sociedad fuertemente algorítmizada, basta con la lectura que hace El filósofo colombiano Camilo García desde las obras de Foucault, Las Palabras y las cosas y Vigilar y Castigar al afirmar que desde el análisis de que los conocimientos tienen su origen en las formas de organización y ejercicio del dominio, que NIETZSCHE desde su genealogía, de las formas culturales ya había señalado.

Al mismo tiempo, al referirnos a los más críticos fenómenos del poder actual como la algoritmizacion de las sociedades prevista por Weber “La noción de que un proceso impersonal y mecanicista es superior en la discreción de los individuos, tampoco es una invención de la era de las computadoras. Hace más de un siglo, Max Weber discutió el surgimiento del funcionario experto que sigue “reglas calculables” y decide “sin tener en cuenta a las personas”. La administración burocrática, señalo ha desplazado a la administración de señores que podrían ser “movidos por la simpatía y el favor personal, por la gracia y la gratitud”. Por el contrario, cualquier persona sujeta a un proceso burocrático recibe la misma consideración imparcial. De hecho, la burocracia se desarrolla más perfectamente cuanto más se deshumaniza. Y va de la mano de la economía de mercado capitalista, que exige que “los asuntos oficiales de la administración pública se cumplan de forma precisa, inequívoca y con la mayor rapidez posible”.(18,19)

 En efecto los tipos de acción que plantea Weber se organizan alrededor de dos formas de acción racional. Aquí nos vamos a referir únicamente a la acción racional de cuerdo a fines, cuna de la racionalidad instrumental que está representada por el cálculo económico, que origina las instituciones de la economía y especialmente a las empresas. En la base de la teoría de Weber se pueden observar diversos tipos de acción social por lo que a la pregunta ¿Cómo es que la sociedad concreta se estructura y se organiza estructurando en la práctica las innumerables formas de acción que puedan darse en la realidad de la vida humana colectiva?

Con respecto a la anterior pregunta, encontramos el secreto para comprender la manera como se organiza esa vida, la fuerza estructurarte de la sociedad, o en términos propios de Weber (la fuerza que organiza el sentido de la estructura económico-social de la vida humana colectiva, es la dominación, más específicamente las relaciones de dominación; es por ello que en sociología del poder Weber exterioriza: “El principal factor de la superioridad de la administración burocrática es el papel del conocimiento especializado, que la técnica moderna y los métodos económicos de producción de bienes han hecho imprescindibles”.(18)

 Como podemos ver, el conocimiento especializado del cual surge la llamada elite de la codificación expuesta por (Burrel y Fourcade) fue lo que pudo advertir Weber cuando afirma: “solo el empresario capitalista, dentro de su fuerza de intereses, es superior a la burocracia en el conocimiento especializado y en el conocimiento de los hechos. El empresario capitalista es la única instancia realmente inmune al menos en términos relativos frente al carácter inevitable de la dominación burocrática, de igual manera que han sucumbido bajo la dominación de las máquinas de precisión en la producción de bienes”.(18)

Es pertinente acotar, que en lo correspondiente a lo posible de la vida de los humanos en sociedad se fundamenta en el actuar de acuerdo con ciertas normas. Con el desarrollo de la inteligencia, dichas normas tienden a incrementarse y, partiendo del conjunto de hábitos en su mayoría inconscientes, se convierten en declaraciones explicitas y coherentes. El grado de familiaridad con tales normas no nos permite ver la complejidad que encierra nuestra realidad individual a partir de reglas abstractas que compartimos socialmente. Por ello la filosofía pone su mirada a dicho acontecer buscando desentrañarlo como lo vemos en la crítica que al mismo tiempo Foucault da otra mirada “Después de todo, la crítica no existe más que en relación con otra cosa distinta a ella misma: es instrumento, medio de un porvenir o una verdad que ella misma no sabrá y no será, es una mirada sobre un dominio que se quiere fiscalizar y cuya ley no es capaz de establecer”.(9)

En este sentido, se comprende que, en su análisis sobre el poder disciplinario moderno, Foucault nos muestra el verdadero objetivo de dicho poder: “la de generar o constituir individuos identificables y clasificables, es decir, ordenables en un cuadro analítico y racional. Debido al uso organizado de estas técnicas disciplinarias se formaron, en los albores de la modernidad, los individuos como “sujetos” con una identidad propia”.(10)

Por supuesto, sin perder de vista a García, nos damos cuenta, como se establece una mirada de mayor profundidad cuando anota Foucault: “para Foucault esta constitución de los individuos como sujetos por efectos de la acción del poder disciplinario no fue “sustancial” ni definitiva. Pues detrás de esta apariencia o de este efecto de superficie se forjo la transformación real de estos individuos en objetos permanentes de observación y conocimiento”.(10)

Así las cosas, la realidad en cuanto objetos de observación y conocimiento permanente se deja ver uno de los errores más frecuentes que se cometen en el ámbito de las ciencias sociales, consistente en la reificación de los conceptos colectivos, mientras se ubican en el centro de la reflexión las actitudes humanas o acciones sociales en cuanto multiplicidad de acontecimientos imprevisibles que hoy en día se pretenden ignorara a partir de la realidad social algorítmizada, que fue prevista de una forma cuasi profética por algunos pensadores anterior como Max Weber, cuan advierte: “Solo el empresario capitalista dentro de su fuerza de intereses, es superior a la burocracia en el conocimiento especializado y en el conocimiento de los hechos. El empresario capitalista es la única instancia realmente inmune al menos en términos relativos- frente al carácter inevitable de la dominación burocrática, de igual manera que han sucumbido bajo la dominación de las máquinas de precisión en la producción de bienes”.(18)

Por otra parte, tal idea también hace presencia en filósofos como Frosini Vittorio, cuando dice: “La ideología cibernética es la clave expresiva de una nueva actitud que la mente humana está obligada a admitir frente a la transformación de los modos de vida determinada por el advenimiento de la segunda revolución industrial y que especifica y manifiesta en los campos más diversos de la actividad humana”,(17) la búsqueda del significado, del sentido de la vida humana tanto desde lo individual, como desde lo social, es lo que está en el trasfondo de toda acción humana cuya esencia ha sido buscada en el mito y la religión históricamente pero las transformaciones humanas y sociales fruto de los giros del pensamiento filosófico, de la ciencia y de la tecnología parece alejarnos cada día más de ese sentido.

Es por ello que Max Weber al revisar la reflexión de León Tolstoi referida a la pregunta ¿Qué sentido tiene la ciencia? Y de ¿Por qué se hace algo que nunca llega ni puede llegar a su fin? “un progreso sin fin implica que la vida del ser humano se encuentra en un movimiento continuo que pasa por encima de Él, con lo que el hombre no puede llegar a su muerte habiéndose desarrollado en plenitud, con lo que la muerte no tiene un sentido, como si lo tenía, en cambio, para el hombre antiguo que entendía su vida y su muerte dentro de un ciclo natural dotado de un sentido”(19) aquí se puede observar la crítica de Weber al exceso de racionalismo: “El progreso científico, que constituye la parte central del centenario proceso de racionalización en el que nos encontramos, significa realmente una “desmagificacion” o “desencantamiento” del mundo, en el sentido de que ya no hay poderes ocultos o imprevisibles a los que hubiera que acudir para explicar los fenómenos de nuestro mundo “desmagificacion” en el sentido de que existe un dominio humano sobre el mundo basado en el cálculo y los medios técnicos”.(19)

Cabe advertir, que el mundo capitalista es genial, y utiliza todos los avances y las estrategias de la ciencia y la tecnología para sus propósitos de dominación; pero no todo es medible o calculable, ni tampoco veraz, fidedigno o leal como lo manifiesta Marta García Aller en su libro lo imprevisible: “Los datos, como los oráculos no siempre son de fiar y a menudo les atribuimos más poder del que realmente tienen. No son infalibles ni tan neutrales como nos puede parecer. Todos esos cálculos matemáticos que controlan cada vez más aspectos de nuestras vidas no se los inventa una maquina”.(4)

“El genio está fuera de la lámpara. Necesitamos avanzar en el desarrollo de la inteligencia artificial, pero también debemos ser conscientes de sus muy verdaderos peligros.” Stephen Hawking.

 

CONCLUSIONES

A continuación, podríamos resumir a modo de conclusiones, las reflexiones hechas en torno a la compresión y convergencia entre el pensamiento filosófico desde la antigüedad hasta el nacimiento de la teoría critica que interroga sobre la actividad humana y el ejercicio de la libertad de los individuos hasta la definición y enunciado principal de la sociología como ciencia.

¿Qué es lo social?, ¿en que se fundamenta? Y ¿Cómo esta noción se ha nutrido? a partir de la relectura filosófica sobre las categorías de sujeto y libertad en la noción de sociedad, como también las limitaciones del proyecto de la ilustración generan la importancia sobre el debate de la modernidad centrada en los conceptos que constituyen los pilares fundamentales sobre los cuales se estructura la visión dominante del mundo y su poder burocrático, como también la objetividad, racionalidad, la crítica y muy especialmente la algoritmizacion social y humana del mundo contemporáneo entre otros ha sido la preocupación y objeto de este trabajo y en dicho sentido hemos considerado pertinente la realización del análisis de la fundamentación filosófica y sociológica de la libertad humana en occidente descrito en este trabajo como una revisión investigativa.

En este sentido, se comprende que las crisis y las incertidumbres que rodean la realidad humana en el ejercicio de la libertad del individuo sumergido en el mundo de lo social, hacen pensar en los cambios sociales que muchos asocian con la idea de “progreso” pero que notros nos preguntamos si estamos frente a una “nueva ilustración”, si estamos ante la búsqueda consiente de una nueva realidad social, o si estamos cada vez mayormente atrapados en nuestros propios productos, si los instrumentos que fueron pensados como solución y método de liberación se van convirtiendo en el engranaje de nuestras estructuras en un itinerario cada vez más deshumanizante y decadente.

Resulta claro, que el fenómeno más importante en los cambios y transformaciones socio-culturales es ese que denominamos: ciencia y tecnología. Nuestra preocupación e interés por el tema obedece a dos aspectos o vertientes, una se refiere al intento de comprender un conocimiento que en sí mismo y especialmente en su aplicación tecnológica determina o penetra hasta los lugares más recónditos de nuestra existencia; además de eso, el ámbito humanístico, el conocimiento del hombre que produce este tipo de saber muchas veces lleva a pensar que el hecho de comprender el fenómeno ciencia, nos ayuda a precisar mejor ese otro fenómeno, quizá olvidado, abandonado y dejado a la vera del camino, que es: el Hombre, lo humano que es en una realidad en búsqueda de la felicidad y la libertad dos ideas que solo se pueden entender en el “universo” de lo social.

 

REFERENCIAS

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19. Weber, M. (2021). El Político y el científico. En J. Abellán, Weber El Politico y El Científico. Madrid: Alianza

 

FINANCIACIÓN

Los autores declaramos que no recibimos financiación para el desarrollo de este trabajo investigativo.

 

CONFLICTO DE INTERESES

Los autores de este trabajo de investigación declaran que no existe conflicto de intereses.

 

CONTRIBUCIÓN DE AUTORÍA

Conceptualización: Eduardo Rojas Hernández.

Curación de datos: Eduardo Rojas Hernández.

Análisis formal: Eduardo Rojas Hernández, Josefina Cuello Daza.

Investigación: Eduardo Rojas Hernández, Josefina Cuello Daza.

Metodología: Eduardo Rojas Hernández.

Administración del proyecto: Eduardo Rojas Hernández.

Supervisión: Eduardo Rojas Hernández.

Redacción – borrador original: Eduardo Rojas Hernández, Josefina Cuello Daza.

Redacción – revisión y edición: Eduardo Rojas Hernández, Josefina Cuello Daza.